Friedrich Engels nació en Barmen (Alemania) en 1820 en el seno de una familia acomodada, conservadora, religiosa y propietaria de fábricas textiles. Desde joven estuvo influido por los trabajos del poeta radical Heinrich Heine y del filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel y en 1839 empezó a escribir artículos literarios y filosóficos para distintas revistas y publicaciones.
Estudió en la Universidad de Berlín (1841-42) en la que se interesó por los movimientos revolucionarios de la época: se relacionó con los hegelianos de izquierda y con el movimiento de la Joven Alemania.
Enviado a Inglaterra al frente de los negocios familiares, desde 1842 hasta 1844 trabajó en la empresa de tejidos que su familia tenía en Manchester y en esta ciudad inglesa entró en contacto con el cartismo, movimiento que defendía la ampliación del sufragio a los trabajadores. Colaboró en la revista Northern Star, entre otras, y realizó estudios de economía política. Su experiencia y sus estudios le llevaron a la convicción de que la historia sólo podía explicarse a partir del desarrollo económico de la sociedad, afianzándose su teoría de que los males sociales de su tiempo eran el resultado inevitable de la aparición de la propiedad privada, y de que aquéllos sólo podrían eliminarse mediante la lucha de clases, que culminaría con la instauración de una sociedad comunista. Estas conclusiones fueron expuestas en un estudio histórico, La situación de la clase obrera en Inglaterra (1844), ensayo que le proporcionó fama de economista político revolucionario. Por los mismos años publicó en la revista los Anales franco-alemanes, de los que Karl Marx era coeditor, un texto titulado Elementos de una crítica de la Economía Política.
En septiembre de 1844 Engels visitó a Marx en París, quien había publicado una serie de escritos que simpatizaban con el comunismo. Los dos descubrieron que habían llegado, por caminos separados, a las mismas conclusiones, por lo que decidieron trabajar de forma conjunta. Esta colaboración se prolongó hasta la muerte de Marx en 1883, y se realizó en dos sentidos: por un lado, llevaron a cabo la exposición sistemática de los principios del comunismo; por otro, organizaron un movimiento comunista internacional. Otros aspectos de menor relevancia relativos a su colaboración incluyen los artículos periodísticos para el New York Tribune y otras publicaciones.
Al elaborar los principios comunistas, Marx y Engels partieron de la filosofía para después adentrarse en otros campos de estudio. En concreto, Marx se centró en el pensamiento político, en la economía política y en la historia política; los intereses de Engels se dirigieron a las ciencias físicas, las matemáticas, la antropología, las ciencias militares y la lingüística.
En 1845, en Bruselas -lugar de refugio de muchos izquierdistas europeos-, Engels participó activamente con Marx en la Liga de los Justos, convertida pronto en la Liga de los Comunistas. Marx y Engels se encargaron de redactar un breve panfleto con los principios políticos del nuevo movimiento y que describe el capitalismo con una claridad que sus seguidores consideran no superada. Publicado finalmente con el título de Manifiesto del partido comunista (o Manifiesto comunista) llegó a tiempo de traducirse y difundirse por Europa meses antes del inicio de la revolución alemana de 1848. Marx y Engels volvieron a Alemania a participar en la lucha, y Engels fue ayudante de campo de August Willich durante la rebelión de Baden-Palatinado. Como consecuencia del fracaso de la revolución, Marx y Engels tuvieron que exiliarse a Londres en 1850.
En Londres Engels participóen la Nueva Gaceta Renana, editada por Marx y publicada en Hamburgo. También dio a la imprenta la primera edición de Las guerras campesinas en Alemania. Engels volvió a Manchester, a la fábrica en la que había trabajado y de la se que convirtió en copropietario. Aunque Marx permaneció en Londres eso no les impidió mantener una estrecha colaboración, basada en una correspondencia casi diaria.
Finalmente Engels se trasladó a Londres en 1870 y, tras convertirse en miembro del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT o I Internacional) comenzó a sustituir a Marx en la dirección de dicho Consejo. Tras la ruptura entre marxistas y anarquistas en el seno de la AIT en 1872 (que condujo a su disolución cuatro años más tarde), Engels siguió en contacto con grupos revolucionarios de todo el mundo. No participó directamente en la creación de la II Internacional en 1889, pero sí tuvo una considerable influencia en el diseño de sus programas y políticas.
Engels publicó y preparó durante estos años algunas de sus obras más notables, como La revolución de la ciencia de E. Dühring (más conocida como Anti-Dühring), Del socialismo utópico al socialismo científico o El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. En esos años Engels aparecía como un miembro más de la familia en casa de Marx, cuyas hijas le llamaban “El General”.
Tras la muerte de Marx en 1883, Engels se convirtió en el líder del socialismo mundial, salvaguardando lo esencial de la ideología marxista, a la que él mismo había aportado matices relativos a la desaparición futura del Estado, a la dialéctica y a las complejas relaciones entre la infraestructura económica y las superestructuras políticas, jurídicas y culturales.
Finalmente, por causas naturales, falleció en 1895 en Londres.
Aunque corresponde a Marx la primacía en el liderazgo comunista, Engels ejerció una gran influencia sobre él: le acercó al conocimiento del movimiento obrero inglés y atrajo su atención hacia la crítica de la teoría económica clásica. Fue también él quien, gracias a la desahogada situación económica de la que disfrutaba como empresario, aportó a Marx la ayuda económica necesaria para mantenerse y escribir El Capital; e incluso publicó los dos últimos tomos de la obra después de la muerte de su amigo.
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